El pasado 23 de Marzo el canciller de Azerbaiyán Elmar Mammadyarov durante su visita oficial al Uruguay, fue recibido por el Canciller Rodolfo Nin Novoa en el Palacio Santos, por la presidenta de la Asamblea General Lucía Topolansky y la presidenta de la Cámara de Representantes Cecilia Bottino en el Palacio Legislativo.
La recepción al canciller de Azerbaiyán sorprende dado que es un país seriamente cuestionado por sus prácticas de nepotismo, corrupción dentro y fuera de sus fronteras, graves violaciones a los derechos humanos y persecución a la prensa de su país. Basta con recordar que el clan Aliyev gobierna ese país en forma ininterrumpida desde 1993 hasta la fecha. También convergen en este señalamiento las comprobadas prácticas de corrupción implementadas por la cancillería del Sr. Mammadyarov en el seno de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que culminaron con la renuncia del Presidente y varios legisladores de la misma. El caso se conoce como la «diplomacia del caviar» (Caviar Diplomacy), consistente en comprar voluntades, silencios y declaraciones a cambio de petrodólares, viajes y onerosos regalos.
No menos graves son las violaciones de los derechos humanos que se producen en Azerbaiyán, hechos registrados y denunciados por el Consejo de Ministros del Consejo de Europa, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
Por todo esto, no deja de causar sorpresa el comunicado oficial de la cancillería de Uruguay cuando señala que «los Cancilleres destacaron las excelentes relaciones entre Uruguay y Azerbaiyán, subrayando las múltiples afinidades y coincidencias, como dos países estratégicamente ubicados en sus respectivas regiones».
Entendemos que el motivo central y no declarado de la visita del Mammadyarov a nuestro país, fue brindar su versión del conflicto que Azerbaiyán sostiene con la República de Artsaj (Nagorno Karabagh), desde 1991, apuntando fundamentalmente a neutralizar la posición de nuestro país sobre este territorio histórica, cultural y poblacionalmente armenio, que jamás ha sido parte de la integridad territorial de Azerbaiyán y que se sostiene basado en el derecho a la autodeterminación de su población.
Las negociaciones para hallar una solución pacífica al conflicto son conducidas por el Grupo de Minsk de la OSCE, y están basadas en las siguientes condiciones: no uso de la fuerza o aliento a la misma, derecho a la autodeterminación y la integridad territorial. Azerbaiyán viola sistemáticamente los dos primeros puntos: así lo hizo en Abril de 2016 cuando lanzó un ataque sin precedentes desde el inicio del cese de fuego en 1994, o en su alocada carrera armamentista de compra e instalación de fábricas de armamentos, generando una atmósfera de belicosidad y tensión permanente.
A su regreso de Uruguay y en declaraciones a la Agencia Informativa Estatal de Noticias de Azerbaiyán, AZERTAC, Mammadyarov agredió y estigmatizó a los uruguayos de origen armenio al señalar en forma textual «que las actividades provocadoras de la comunidad armenia en varios países tienen un impacto negativo en la solución pacífica del conflicto. Por otro lado, se subrayó que no es comprensible que los dichos representantes de la comunidad armenia no estén interesados en los intereses del país de residencia, sino de la invasora Armenia.»
Desde el Foro Nagorno Karabagh en Uruguay condenamos y consideramos inadmisible la intromisión de este funcionario extranjero, que con sus declaraciones apunta a generar divisiones en el seno de nuestra sociedad. De modo muy especial, rechazamos cualquier ataque a la población armenia, cuyos ideales y anhelos siempre hemos sentido como propios, desde su trágica historia y desde el reconocimiento de los aportes humanistas de su diáspora, que tanto han enriquecido a nuestra república.
Este intento discriminatorio no es nuevo por parte de Azerbaiyán, que ha implementado un sistema de listas negras en las cuales incluye a políticos, periodistas e intelectuales uruguayos, llegando al colmo del extravío al haber incorporado en esas listas al Plan Ceibal, orgullo del Uruguay del Siglo XXI. Es de absoluto rechazo que Uruguay “profundice relaciones” con un país que viola los derechos fundamentales de ciudadanos uruguayos comprometidos con la Paz
Nuestro Foro viene a expresar así un sentimiento arraigado en el seno de la sociedad y del elenco político uruguayos, sin distinción de partidos. Debe recordarse siempre y con legítimo orgullo que desde abril de 1965 la República Oriental del Uruguay, en una decisión valiente y meditada, se transformó en el primer país en reconocer el Genocidio Armenio, a pesar de las amenazas y presiones del país ejecutor y de las potencias de la época. Ese reconocimiento fue una señal inequívoca y soberana a la que se han unido con posterioridad decenas de países.
Uruguay, con Armenia y su pueblo, ha hecho una opción de vida que con el tiempo se transformó en política de Estado, al asumir para sí el derecho de acompañar a Armenia en sus reclamos de justicia y paz en sus territorios históricos.
Nuestro país es un ejemplo en el mundo por su democracia e institucionalidad, donde todos los gobiernos sin distinciones partidarias han tenido gestos de solidaridad hacia los armenios, que luego adquirieron carácter histórico y reconocimiento universal. En una etapa de inestabilidad y conflictividad en la región, cuando la seguridad de las fronteras armenias es amenazada y permanece bloqueada, el Uruguay en su conjunto, con su gobierno y su dirigencia incluidas, no puede permanecer ajeno o indiferente.
Foro Nagorno Karabagh en Uruguay
Montevideo, 10 de abril de 2019.
Belela Herrera (presidenta) – Gerardo Caetano (presidente)
Daniel Radío – Óscar López Goldaracena – Pablo Abdala – Rafael Michelini – Rubén Martínez Huelmo – Susana Pereyra